sábado, 8 de marzo de 2014

El último Panero

Es Leopoldo Panero

Se muere Leopoldo Panero (“Ah tú la desesperación, la única lengua, la única vida” reza el primer verso de Erección del labio sobre la página) y se nos muere la familia Panero. Tres hermanos y la madre, la felicidad. Felicidad Blanc gana en 1976 el Fotogramas de plata a la mejor actriz por un documental. Y también Juan Luis, y Michi, y Leopoldo, que no podían ser menos. El desencanto, una obra maestra. Leopoldo María Panero. Tiempo de documentales. Portrait of Jason, homosexual africano amigo de jazzmen y jazzwomen; Mae West lives, Scarlett O'Hara en negro, anti-Mammy. Todo es Jason. Blanco y negro, grano, años 60, desconocidos los directores. De hombres y de mujeres. Y viceversa. Allan King filma en Warrendale a una docena de adolescentes con trastorno mental. Shirley Clarke retrata a Jason, que se ríe (no he visto a nadie descojonarse mejor de todos nosotros) del pasado con ¿es bourbon lo que hay en el vaso? y un señor canuto. Leopoldo Panero internado en el psiquiátrico del que salía para dar recitales (“Oh tú Robespierre, Seigneur de la muerte” dice en Himno a Satán). Más poetas. Mi alma gemela que se va a Cracovia a olvidarse del presente. Una asociación de polacos de Zaragoza dice que los polacos son los más latinos de los eslavos. Me acuerdo de Panero y voy a la Biblioteca y pillo también a Jean Cocteau (La corrida del 1 de mayo), cuya vida es otro documental. Me acuerdo de mi soulmate al leer lo que dicen de sí mismos los polacos de la asociación. Pienso que todo está interconectado, como si los polacos, los de la asociación, supieran que tengo un alma gemela de paso por Polonia. ¿Más poetas? Mi alma gemela últimamente me ha salido poeta. Lo de poetisa suena raro y no le pega. No queda mal llamar a una mujer poeta. Y cómo me acuerdo de mi alma gemela cuando veo y leo el título del libro de Panero. Y por la noche me pongo a ver Oh Boy. Eso no es ningún documental. En Polonia seguro que hay libros de Leopoldo Panero.