jueves, 8 de noviembre de 2012

Mujer nini

Maria Joao y la portada de su disco Cor.

Qué pensarías si tú eres el que toca el piano y ella la que canta y ella se viene al estudio con esas pinturas y esas pintas y antes de grabar la sesión ella te dice ponte aquí y no te muevas y ella le dice al fotógrafo haz la foto y ya y ella en ese momento hace eso, se acerca al que en la sesión toca el piano, que es el que está vestido de negro, y clic. Ésa es la foto y yo, si soy el pianista, no dejo de tocar ya en toda la sesión. Y lo que ella me mande, porque me voy a negar a algo, ¿sabes? Qué pensaría yo si fuera el que toca el piano y de repente sucede todo eso, me lo callo.

Las maneras de Maria Joao (que es la que en la foto se pone tan cerca del que toca el piano) a la hora de hacerse una foto casan bastante bien con las sensaciones que me transmite su música. Que ni es sólo jazz ni es sólo étnico ni pop ni del mundo. Puro nini. ¿África? Maria Joao es. Y punto. El que toca el piano con Maria es Mario. Tantas horas con Mario, el que le toca el piano mañana, día y noche. Festival Joao. Como es lo que más me apetece decir, lo digo: qué bien se lo monta Maria. Ese inglés de los portugueses. Que sí, que si quiero canto en jazz. Juega, se le ríe en la cara al menos pensado (me la imagino en el concierto y nos mira, se ríe con los dos. Y al que le toca el piano se le acerca y ahí se le pone. Y a él le pone).

Maria llena eres de gracia. Mujer nini y mujer todo. Portugal ha dado el fado. Otro nini de los de Maria. Que si quiero canto en jazz. Y aquí lo dudamos, que si esto no se toca, que no me toques las fusiones y que esto compartimento estanco. Maria ahí bucea y sale la sirena de todas las músicas y le dice al que toca el piano: Blackbird de McCartney. Y al día siguiente que si esta canción que se me ocurrió anoche mientras dormías:


Porque me da que a esta chica no le importa tirar por la calle de en medio. Mientras los otros se quedan rezagados, como siempre cargados con las mismas dudas. Y vamos nosotros y le decimos que sí. Le decimos que sí a todo (y no nos sale más que rogarle después del concierto que por favor, que nos permita subirnos al carro con ella).

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