lunes, 8 de agosto de 2011

Sabes lo que es, ¿verdad?, y por eso compusiste poco y compusiste eso, mejor sin saber leer como tú una nota del pentagrama (nota que sería blue note), que es mejor que no saber leer la letra, y peor aún el espíritu de una canción. Por eso, Billie, una vez más te digo, me enamoro si dices como dices Strange Fruit. Y tú lo sabías, sabías lo que significaba la cosa y por eso compusiste, poco pero acertabas, y la gente tuvo que oírlo, esa gente (que lo oían y la sonrisa de mirar para otro lado), aunque mejor sería decir que a ti se iba a verte, y ellos apechugaban, aunque no quisieran apechugaban, porque iban a verte cuando ya no te tiznabas con betún (recuerdas al principio, cuando te tiznabas de betún y parecer más nigger). Y llegó un momento en que guardaste el betún pero eso no quería decir que lo que cantabas en esa canción (y en el resto, pero eso ellos no llegaban a entender, tú cantabas lo mismo Strange Fruit en ésa y en todas tus canciones), no quería decir que guardando el betún se acababan tus problemas. Los problemas. Y entonces ellos tuvieron que seguir apechugando mientras al salir del local le miraban mal a tu gente (si miraban) y en el autobús no había nadie detrás sino nigger. Strange nigger.

¿Qué era, 1940, 45, 49? Hoy he descubierto una Nina Simone que también te cantó el Strange fruit. Strange tune. Hoy lo tengo claro, que Simone se acicalase en el camerino pañuelo, cabello y moño, moño afro, y luego el escenario. Y en él decía también que no. No, no, no. Goddam. Simone I loves you Porgy, pero también Simone caring for all of you. Corría qué año, ¿aún los 60? Goddam. Y Max Roach, y Albert Ayler y Roland Kirk, te acuerdas de Roland Kirk, todos gritaban Free, Goddam. Free for all. Qué podíais hacer unos pobres músicos por todos vosotros si Revolution will not be televised, Gil Scott Heron said. Pero todos decían que no. Y en el autocar una chica dijo que no. Y un millón de hombres dijo que no. Pero cuántos erais, goddam. Y me gustan los nombres de los niños de los padres que dijeron que no. Y me cabrea, todavía me cabrea, cuando a Louis le llamaban Tío Tom. Y me río cuando pienso en Louis cuando se reía, en apariencia sólo se reía, pero en verdad decía también…

¿Sabes la trompeta que te inicia el Strange Fruit? Me ha parecido oíros a todos en esa trompeta. Todos tocando la trompeta. Y ese día abriste la página de sucesos y viste uno que no. Y juraste. Y dijiste simplemente: no.

P.D.: evidentemente Billie no compuso Strange fruit. Pero se hizo con ella, se apropió de tal manera de ella, que como tal merecería ser su autora. Por lo menos para mí lo es.

2 comentarios:

ZoePé dijo...

Tanto negro cantando y tocando y tan bien, diciendo que No, es un lujo para los oídos.
Gracias Jose, por el post.
Un beso.

josé miguel dijo...

Muchas gracias a ti, Zoe! siempre es un lujo tenerte ahí, y las voces negras... hay que oirlas, siempre.

Besos!