lunes, 22 de agosto de 2011

El último segundo de vida

De lo poco que sé del tema, que no es nada, este grupo me mola.

Hoy no le pido nada a mi fuente de inspiración. El tema me salió ayer. O el otro día. Ya no me acuerdo. El caso es que al final le voy a pedir algo, que no es nada, simplemente que le diga a su Hombre que lea este post. Qué cosa será, por Dios. En definitiva, le pediré a mi fuente de inspiración que lea esto. Espero. ¿Ya? Pues eso, qué tal, cómo estamos, aquí un servidor, este mi blog, del que se nutre últimamente en gran medida de una inspiración cuasi divina.

Hoy no le pido nada a la inspiración cuasi divina porque el otro día o ayer hablando con alguien (alguien, lo dejamos ahí) surgió el tema de una balada que se escuchaba por ahí. Ah, le digo a ese alguien, esa música que te gusta a ti. El sonido de esa música cuando tocan baladas no es tan estridente. Quicir. Cuando tocan baladas (esos señores con pelo largo, las axilas visibles, manga inexistente) el sonido no es tan estridente (o sí, pero es una balada). Parece (y ahí me vino una idea tan tonta como cualquier otra de las que se me ocurren, que suelen ser casi todas), parece, le digo a ese alguien (dejémoslo ahí) que esa voz que suena de fondo cantando ese otro tipo de balada cantara como si aquél fuera el último segundo de vida. No cantando, implorando. No como si le hubieran roto el corazón. No, algo más. Eso, el último segundo de vida. Ah, pues me ha quedado bien, para ser algo improvisado, le digo a ese alguien (algo parecido me pasó cuando escribí sobre Tom Waits y la hora de las brujas, Waits no es un cantante sino una filosofía de vida). Y entonces me dije, tate, ahí tienes tema (de lo que no me acuerdo de nuevo es del tema (la balada) que me sirvió de musa. A tanto no llego, ya me podréis perdonar). Esta vez, me dije pues, no le pedirás inspiración a tu fuente, porque lo de pedir que le dijera a su Hombre que leyese este galimatías de esa otra música vino después, por pedir que no quede, cuando hay que dar cuerpo al post y no dejarlo en un simple párrafo veraniego y de compromiso con el post semanal, sí, desvarío un poco, Hombre, qué se le va a hacer. El caso es que ahí tengo siempre a mi fuente de inspiración para cuando mi temática no dé para más o ella me quiera seguir con la tesis paralela con sus propuestas a mis peticiones de mano escritora. Tesis paralela que me encanta, dicho sea de paso. Dicho sea de paso mi ruego de disculpas para este post que empezó sin pedir nada y que acaba con pedir que me cuide bien a la fuente, cada vez que le necesito ahí estará, etc, etc. Ni releeo (casi) el post. Qué heavy.

2 comentarios:

Canallona dijo...

¡ZZZZZZZZZZZZZZZZZ...!

josé miguel dijo...

Gracias por su comentario. Que usted lo duerma bien.