lunes, 7 de diciembre de 2009

Stardust memories

Louis Armstrong escribe sus memorias en Corona, Queens, Nueva York, 1958. En su habitación.
Con el jazz se pueden hacer muchas cosas. No sólo escucharlo. Del jazz también se puede hablar, del jazz se puede escribir, con el jazz se puede sentir, querer, amar, soñar… Y mejor en compañía. Lo que hizo esos días del año 58 Satchmo con el jazz (con su vida, con su trompeta, con tantas cosas) lo hizo solo, encerrado en las cuatro paredes de su habitación (Corona, Queens, N.Y.). Para recordar lo que merecía la pena recordar. Y aquello que no, también. Quizá tuviera que realizar alguna llamada a los viejos amigos, si no para recordar, sí para echar unas risas, por qué no te pasas un día.

Yeah man, aquélla sí que debió ser buena, dear Louis.

2 comentarios:

Esther dijo...

Ójala hubiera hecho yo esa foto, José. Fantástica. Con el jazz también se puede fotografiar, no?

Qué gracia. ¿Por qué lleva un pañuelo en la cabeza? Qué habitación, parece que estoy allí con él ahora mismo. Me traslado a 1958 con Louis. Y le pido que me deje hacerle fotos mientras él trabaja absorto en sus recuerdos. Me gustan sus gafas, su máquina, su camisa hawaiana, su lámpara, la pared desconchada, esas fotos pegadas de cualquier modo.

Un abrazo!

josé miguel dijo...

Cierto, Esther, muy cierto, el jazz también se puede fotografia. Y muy bien ;)

Besos.